La uva de mesa del Vinalopó tiene una característica diferente frente a otros tipos de uva de mesa, y es que se le realiza un proceso de embolsado.
El embolsado consiste en añadir de manera artesanal un saco o bolso. Los bolsos se tratan de bolsas de papel o celulosa de diferentes tamaños dependiendo del tamaño del racimo a embolsar. Se pone un saco o bolso a cada uno de los racimos de uva durante la época de verano (habitualmente finales de junio y el mes de julio). Para de ésta manera proteger al racimo de posibles elementos externos tanto de ataque de posibles insectos o aves o meteorológicos consiguiendo retrasar la maduración.
Mediante el proceso de embolsado se consigue que las uvas tengan unas mejores propiedades. Como conseguir que la uva tenga una piel muy fina, un color más uniforme y de una mayor uniformidad y limpieza del racimo, debido a la protección que le confiere el bolso.
Es habitual al recorrer los campos del Medio Vinalopó en verano, el comprobar como los campos de uva de mesa, con sus parrales, ya sean bajos o espalderas estén llenos de bolsas. En un inicio suelen tener un tono más amarillo, pero debido al sol de los meses de julio a septiembre, cambian de color y adquieren una tonalidad más blanca.
Los bolsos o sacos suelen clasificarse según su tamaño.
Las bolsas o bolsos del número 1 suelen ser los más pequeños y tienen unas dimensiones en torno a 20×31 cm y se suelen poner a aquellos racimos más pequeños con previsión de que crezcan.
Los bolsos del número 2 , para racimos de tamaño medio o intermedio con una dimensión de 23×34 centímetros.
Los bolsos del número 3 tienen unas dimensiones sobre los 26×40 cm, son los bolsos más grandes y se ponen a aquellas uvas con tamaño muy grande, tanto por anchura como por longitud.
Cada bolso se ata con un cordel de rafia al tallo o tronco del racimo para que no se caiga.
Una vez la uva ha alcanzado el proceso de maduración exacto, comienza la recolección de la uva, se cortan los racimos con el bolso o saco incluído.
Posteriormente esta uva se lleva al almacén donde una serie de operarios se dedican a lo que se conoce como «limpiar la uva» un proceso mediante el cual, tijera en mano se eliminan posibles granos que no se encuentren en buen estado. En Aspe y en todo el Vinalopó la temporada de la Uva es raro no ver una calle con un almacén donde se limpie uva. Los granos inservibles se consideran granulla, y se suelen utilizar normalmente para hacer mosto.
Y ya tendríamos la uva lista para comer en nuestras mesas y en nuestras celebraciones de fin de año. Un producto con un color espectacular gracias al lento proceso de maduración.